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es:8512

¡Esta es una revisión vieja del documento!


AMSTRAD PCW 8512 / SCHNEIDER JOYCE PLUS

Ficha

Procesador Zilog Z80A a 4MHz con ciclos de espera.
Memoria RAM 512 KB internamente. Disco RAM 368 Kb. 61 Kb de memoria de usuario-
Memoria ROM No posee ROM de arranque.
Chips Gate Array diseñado por Amstrad, controladora de disco uPD765.
Gráficos Resolución de 720×256 pixels en modo gráfico con texto en 90×32 (90 columnas x 32 líneas) (monocromo). La pantalla se mapea en líneas en cualquier lugar de los 128 KB iniciales, almacenando la referencia en 512 bytes llamados roller-RAM.
Sonido Generador de frecuencia fija. Salida por altavoz interno (sin control de volumen).
Conexiones Bus de expansión, y conectores para el teclado y la impresora (específicos de PCW). Conector de expnasión.
Soporte interno Dos disqueteras: Una de 3“ de 180 KB por cara. Una segunda unidad de 3” de 720 KB, formatea el disco de una sola vez.
Monitor Fósforo verde que incorpora en el frontal derecho 2 bahías de 3 pulgadas. Pantalla 13 pulgadas
Teclado 82 teclas de plástico en formato QWERTY/QWERTZ/AZERTY dependiendo del país.
Impresora Matricial de impacto con carro de 10 pulgadas. 80 columnas. 20 caracteres por segundo(N.L.Q.), 90 caracteres en calidad normal.
Precio España: 109.800 ptas. - Inglaterra: £000 - Francia: 0.000 F

Información

Alan Sugar decide potenciar el PCW 8256 y da un paso más dentro del mundo del pequeño ordenador de gestión. Una vez en el mercado el modelo compañero del gran CPC 6128, esperado PCW 8256, y en vista del éxito obtenido por este último, la firma británica decide “mejorar lo presente” y saca al mercado un modelo más avanzado: el PCW 8512. Con él, se elimina la principal limitación del “256”: su capacidad de almacenamiento de programas y datos. Con una segunda unidad de disco y una -refrescante- ampliación de 256 K para el disco virtual. M (RAM interna), se logró que, en comparación, fuese el 612 un aparato con el que ya se pudiese trabajar con más soltura. Las posibilidades que ofrecía eran, naturalmente, más que las del pequeño de la familia, el 256. Y es que ya existía memoria para poder trabajar.

Externamente, unidad apagada, el 512 apenas se diferencia del “pequeñín” 256. El color es un tanto más oscuro, las etiquetas nos dicen que nos encontramos ante un 512 y, lo más importante, la unidad de disco, que se encuentra debajo de la primera, justo donde el 256 tiene la placa que indica que el monitor es de fósforo verde. Del resto, todo es exactamente igual: impresora, monitor y teclado son los mismos en el 256, que ya tienen más confirmada su fiabilidad.

Al encender la unidad y cargar el disco de sistema, nos encontramos con más diferencias: el mensaje inicial es apreciablemente distinto. En vez de 112 K de memoria interna, nos encontramos con 368 K, o sea, 256 K adicionales. Grata sorpresa; por fin podremos tener programas completos en el disco virtual, entre otras cosas, y no es poco. Además de esto, el monitor nos comunica que tenemos dos unidades instaladas. Cabe decir aquí que es posible tener un 256 con segunda unidad de disco, pero sin ampliación de memoria interna, lo que nos situaría a medio camino entre los dos modelos. La diferencia es notable, y el aparato resulta un híbrido que no me atrevo a calificar.

En el PCW 512, la primera unidad de disco es exactamente igual a la del 256. La segunda es considerablemente más potente. Varía, en este caso, el formateado, que es más “denso”, con lo que se consigue el poder almacenar mayor cantidad de información. La longitud de disco se aprovecha mejor. Y ojo, que la unidad B formatea las dos caras al mismo tiempo. No hay que asustarse, entonces el usuario cuando, por error, formatea (inicializa) un disco en B de la misma forma que lo hace en A, es decir, primero una cara y luego la otra. Cuando se hace así, ocurre que la unidad borra el formato de la cara opuesta y, claro, al verificar nos dice que falta la primera marca de direcciones en la dicha cara. Para el usuario lo primero que viene a la cabeza es un posible defecto de la unidad. Y lo es, pero de la unidad que se sienta enfrente del aparato.

Vamos a las capacidades_ al aplicar la utilidad SHOW del sistema operativo a un disco recién formateado en la segunda unidad de disco tenemos como resultado que hay 706 K libres en éste (y no 720, que es lo que nos dice el fabricante). Aún así, la diferencia no es tanta, y esto ya permite un uso con unas posibilidades bastante más interesantes que las del pequeño de la familia PCW. Pero todo tiene sus peros; hay que decir que, en lo tocante a la segunda unidad, los discos pensados para la primera, los denominados CF-2, son válidos, pero no los propios. Para esta segunda unidad, el tipo de disco ha de ser llamado CF2DD, o sea, de doble cara, pero de doble densidad. Esto debería de ser así porque, tal y como hemos dicho, la información, dado el formateado, va más condensada, y por ello por lo que es más conveniente utilizar un disco con una emulsión más sensible. Aun así, que quede claro que los discos CF-2 son válidos, aunque exista el peligro potencial de que causen problemas.

En lo que respecta a la compatibilidad entre unidades, también hay tela que cortar: lógicamente, un disco con formato para “720” K no puede ser leído en la primera unidad, concebida para un formato de 172 K. Cuando se comete esta torpeza, la unidad emite una especie de gruñidos, en señal de protesta por la incorrecta utilización. Hay que tener cuidado y no equivocarnos porque parece ser poco difícil el que una unidad se quede bloqueada. Y a lo mejor éste es motivo para ello. En el otro sentido, es decir, de B para A, nos encontramos con todo un detalle por parte del fabricante: un disco de la unidad A si puede ser leído por la segunda unidad de discos. Esta casualidad resulta muy útil, sobre todo porque evita el engorro de tener que estar cambiando de disco constantemente.

La copia de discos, por ejemplo, es considerablemente más cómoda leyendo en B y escribiendo en A. Y también resulta práctico cuando necesitamos alguna utilidad del CP/M y tenemos M y A (sobre todo A) ocupados. En fin, que las combinaciones son múltiples y todas son mejoras sobre el 256. Y ya que hablamos de como son las unidades de discos, mencionar que cuando llevamos un tiempo trabajando con el ordenador, se aprecia un calentamiento de los discos que no parece normal.

Es con la ampliación de memoria, de 256K, con lo que se llega a redondear el aparato- Las 368 K libres nos permiten utilizar la memoria interna igual que si fuese otro disco, con la enorme ventaja que ello conlleva, porque, al suprimirse el accionamiento mecánico del cabezal en una disquetera y el proceso de lectura. la ejecución de programas por M y el acceso a los datos es considerablemente más rápido. Vendría entonces esta memoria interna a reemplazar, por su capacidad, a la unidad A, pudiendo ésta quedar disponible para otros menesteres, como el de almacenamiento de datos. Y dense cuenta de si esta ampliación representa avance en el momento en que, contando con la 2ª unidad, disponemos de algo más de 1 Megabyte para almacenar datos.

No existen problemas. Todos los programas ejecutables por el 256 son igualmente por el 512. Lo que es más, hay muchos programas pensados inicialmente para el 256 que, en previsión, tienen rutinas para aprovechar la 2ª unidad de disco del 512. Como ejemplo, el tener en A el disco de programa y en la unidad B, los datos que surgen del proceso de éste. En lo concerniente a los programas que vienen con el equipo, no hay diferencias, exceptuando el hecho de que, con el 512 se suministra ya una versión más avanzada del LocoScript, la 1.21 (esta versión ya venía con algunas unidades del 256 de última hornada). La diferencia primordial, aparte de algunas simplificaciones con vistas a una mayor rapidez de uso (la 1.21 tiene una ventana que agrupa casi todas las opciones de edición, de manera que no haya que ir de ventana por ventana) es que la última versión ofrece la posibilidad de pasar cualquier fichero creado a ASCII, con lo cual éste puede ser interpretado por otros aparatos que trabajen bajo CP/M.

Por otra parte, la utilidad DISCKIT, al tener las dos unidades instaladas, ejecuta otras rutinas que, si utilizas el mismo disco en un 8256, no aparecen. Estas rutinas son, claro, las que nos dan las opciones de utilizar la unidad B con el programa mencionado. En el resto de soft no se han encontrado variaciones.

Toda resignación que pudiese tener el usuario de un 256 al ver que su aparato se le quedaba “chiquito” queda aliviada, sin duda, con la comercialización del 512 -por una parte- y de ampliación, sumada a la segunda unidad, por otra.

El PCW 8512 es un aparato fiable, además de ser un equipo con mucha madera profesional, perfectamente encuadrable en el terreno de la gestión a medio nivel.

Con un incremento de memoria que resulta ser cuatro veces mayor que la del 256 (706 K de disco B, más una de 320 de A, más 368 de M suman 1.384 K), ya no tiene por qué haber temor a quedarse cortos.

El camino de Amstrad parecía claro. No a la expansión a un mismo nivel, sino la ascensión de categorías paulatinamente. En esta ascensión resulta un peldaño sólido el de la -corta- familia PCW. Se ve que lo meditaban.

es/8512.1491337287.txt.gz · Última modificación: 2017/04/04 23:21 por jevicac